Desde mayo de 2018, la forma en que manejamos nuestra información personal ha cambiado un montón en toda Europa, incluida España. Hay una normativa muy importante que busca darle a la gente más control sobre sus datos y establecer unas reglas claras para todos.
Pero, ¡cuidado! Si no se cumplen estas normas, las multas pueden ser muy, muy grandes. No solo afectan al bolsillo, sino que también pueden dañar la imagen de cualquier empresa o entidad. Aquí, en España, existe un organismo que se encarga de que todos jueguen limpio con la privacidad. Y te aseguro que se lo toman muy en serio, como demuestran las muchas sanciones que se han impuesto desde que la normativa está en marcha.
¿Qué tipo de infracciones hay y cuánto te pueden costar?
Las faltas se dividen en tres categorías principales, y cada una tiene su propio rango de multas:
Faltas leves: Son fallos más bien formales que no causan un gran perjuicio. Las multas por estas pueden llegar hasta los 40.000 euros. Por ejemplo, no hacer público algún acuerdo o no informar de quién es la persona encargada de la protección de datos.
Faltas graves: Aquí ya la cosa se pone más seria, pues afectan a los derechos de las personas o suponen un riesgo para la seguridad de los datos. Las sanciones van desde 40.001 euros hasta 300.000 euros. Imagina usar datos de menores sin permiso o no dejar que la gente ejerza sus derechos sobre su información. ¡También se consideran graves si no se toman las medidas técnicas necesarias para proteger los datos! Las multas por estas infracciones pueden alcanzar los 10 millones de euros o el 2% de lo que facture la empresa al año, eligiendo siempre la cantidad más alta.
Faltas muy graves: Estas son las peores, ya que vulneran muchísimo los derechos de las personas o ponen en peligro una gran cantidad de datos. Las multas pueden oscilar entre 300.001 euros y 20 millones de euros o el 4% de la facturación global anual de la empresa, siempre optando por la cifra mayor. Hablamos de usar datos sin consentimiento, romper la confidencialidad, no especificar para qué se van a usar los datos o poner trabas a las tareas de supervisión.
Es importante saber que el importe de la multa se decide valorando muchos aspectos: la gravedad y duración de la infracción, si fue un despiste o a propósito, qué medidas se tomaron para arreglarlo, si se cooperó con la autoridad, qué tipo de datos se vieron afectados, y si ya había habido infracciones antes.
Algunos ejemplos de sanciones que han dado que hablar

El organismo regulador español ha sido muy claro en su postura, imponiendo multas considerables a diversas entidades. Te pongo algunos ejemplos de casos destacados:
- Una gran tecnológica fue multada con 10 millones de euros por no manejar bien la transferencia de datos y por dificultar el derecho de la gente a que se elimine su información.
- Una conocida operadora de telecomunicaciones recibió varias multas elevadas. Una de ellas superó los 8 millones de euros por enviar publicidad a personas que no querían recibirla y por no tener un buen control sobre cómo se trataban los datos. También se le puso otra multa de 3,94 millones de euros por un fallo en la confidencialidad de la información.
- Un banco muy grande recibió una multa de 5 millones de euros por usar datos de sus clientes sin el permiso necesario, y también por falta de seguridad en el manejo de esos datos.
- Una cadena de supermercados fue sancionada con 3,15 millones de euros por problemas relacionados con su sistema de reconocimiento facial.
- Una importante compañía eléctrica tuvo que pagar multas que sumaron 6,1 millones de euros por cinco incumplimientos graves, como no tratar los datos de forma segura o no notificar adecuadamente las brechas de seguridad.
Estos ejemplos demuestran lo crucial que es gestionar los datos personales de forma impecable. Las principales razones detrás de estas multas suelen ser el desconocimiento de las normas, la falta de recursos para aplicar las medidas necesarias, la poca formación del personal, procesos de gestión de datos incorrectos, el uso inadecuado de herramientas y no tener al día las políticas de privacidad y seguridad.
¿Cómo te afectan estas multas y cómo evitarlas?
Las multas por no proteger los datos no solo son un golpe económico directo, sino que también pueden causar un daño enorme a la reputación, haciendo que clientes y socios dejen de confiar.
Para evitar estas sanciones, es clave que las organizaciones sean proactivas en la protección de datos. Esto implica:
- Analizar los riesgos: Saber qué peligros existen al tratar datos personales y cómo minimizarlos.
- Implementar medidas de seguridad: Asegurar que los sistemas donde se guardan los datos sean confidenciales, íntegros, disponibles y resistentes.
- Obtener el consentimiento adecuado: Pedir permiso a la gente de forma clara, informada y específica cuando sea necesario.
- Contar con un experto en protección de datos: Especialmente si se manejan muchos datos o datos sensibles.
- Gestionar los derechos de la gente: Tener un sistema claro para atender las solicitudes de acceso, corrección, eliminación, etc.
- Notificar las brechas de seguridad: Informar al organismo regulador y a los afectados si hay algún problema con los datos que ponga en riesgo sus derechos.
- Llevar un registro: Documentar todo lo que se hace con los datos personales.
- Formar al personal: Concienciar y educar a los empleados sobre la importancia de proteger los datos y cumplir con las normas.
En resumen, las multas por no cumplir con la normativa de protección de datos en España son una realidad innegable que subraya lo importante que es cuidar la privacidad. Cumplir no es solo una obligación legal, sino una inversión en la confianza de los clientes y en la sostenibilidad de cualquier negocio en la era digital.